La falta de una grúa dejó a los bomberos con una opción: el trabajo manual. El equipo de seis hombres tuvo que emplear toda su fuerza para intentar sacar a Stormy de la piscina. La piscina estaba rodeada por un patio de hormigón, y los bomberos utilizaron cuerdas y mantas para sacar a Stormy del agua y llevarla al patio.
Fue una operación difícil y peligrosa, ya que Stormy pesaba más de 450 kilos y estaba inconsciente. Los bomberos trabajaron con cuidado y metódicamente, asegurándose de no causar ningún daño al caballo. Tras unos 20 minutos de esfuerzo, el equipo de rescate consiguió sacar a Stormy del agua y colocarlo en el patio de la piscina. Para proteger al fatigado caballo, otros socorristas se unieron para cubrir el borde de la piscina con una lona.