Pillado a 146 km/h en un coche fúnebre: Un control de tráfico fuera de control

En las autopistas francesas, el límite de velocidad es de 130 km/h, por lo que los 146 km/h del coche fúnebre constituyen ya una infracción grave. Combinado con el consumo de drogas y alcohol, el riesgo para otros automovilistas y peatones era enorme. Para los empleados que trabajan en el sector funerario, donde la confianza es fundamental y las familias confían en el respeto y la atención, ese comportamiento acarrea consecuencias aún más graves.

El caso está aún en fase de revisión, pero la lección no puede ser más clara: no conduzcas nunca bajo los efectos del alcohol, e intervén siempre que un colega no esté en condiciones de ponerse al volante. Lo que debería haber sido un traslado rutinario se convirtió en un aleccionador recordatorio de lo rápido que pueden perderse la responsabilidad y la reputación.