Lily corrió a los brazos de su madre y la abrazó con fuerza. «Tenía tanto miedo, mamá», susurró Lily. Su madre la besó en la coronilla, con la voz temblorosa por la emoción. «Has sido muy valiente, cariño. Me has salvado. Estoy muy orgullosa de ti, cariño. Lo has hecho todo bien»
El paramédico que antes había sido tan atento entró en la habitación del hospital con una sonrisa tranquilizadora. Su presencia fue muy grata para la familia reunida. «Me complace decirles que tanto la madre como el bebé se encuentran bien», dijo afectuosamente, con los ojos brillantes de alivio.