Una madre da a su hijo en adopción, 18 años después ve su collar en las noticias y se da cuenta del error

Mara se sorprendió a sí misma. ¿Qué más daba? El remordimiento brotó como la bilis. Se recordó a sí misma en el hospital, creyendo que no podía darle la vida que merecía. Si hubiera sabido cuánto valía el collar, ¿habría tomado la misma decisión? Sus ojos se llenaron de lágrimas no derramadas.

La lluvia se intensificó y las luces de la ciudad se convirtieron en manchas de acuarela. Mara se estremeció a pesar del edredón, aunque no tenía nada que ver con el frío. Podía sentir el peso del collar incluso ahora, un fantasma contra su piel. ¿Podría recuperarlo? ¿O el gran regalo que había perdido con él?