Esa parte obstinada cobró vida esta noche, al ver la repetición del noticiario. Allí estaba, inalterada, intacta por el paso de los años, como si el mundo hubiera conspirado para mantenerla inmaculada. Pero, ¿cómo había resurgido? ¿Y por qué ahora, después de tanto tiempo? Las preguntas la atormentaban.
Pensó en el modo en que la voz del presentador había temblado de emoción. Millones, habían dicho. Una fortuna. Casi se rió. En aquel momento, pensó que le estaba regalando una bonita baratija, tal vez algo un poco sentimental. No sabía que le enviaba al mundo con más de lo que ella misma tenía.