Un león se niega a moverse durante días: un veterinario no podía creerlo cuando descubrió el motivo

Se quedaban allí juntos, a veces durante media hora o más. Noah charlaba de su semana -del colegio, de sus libros favoritos sobre dinosaurios, del nuevo videojuego que quería- mientras Daniel sorbía de un vaso de café de papel.

Y en esos momentos, King se estiraba, bostezaba o simplemente descansaba en el centro del recinto. Era fácil imaginar que estaba escuchando, un silencioso tercer compañero de su ritual. El zoo tenía muchas atracciones, pero para Noah nada era comparable.