Un león se niega a moverse durante días: un veterinario no podía creerlo cuando descubrió el motivo

A sus cincuenta y pocos años, con mechones grises en el pelo recogido, se comportaba con serena seguridad. Daniel se dio cuenta de que incluso los demás cuidadores parecían ponerse más firmes cuando ella pasaba.

Se acercó al borde del mirador, sin pistola de dardos ni comida, sólo con su voz. «Tranquilo, chico», dijo, firme y baja. El sonido rodó suavemente por la guarida. King agitó las orejas. Levantó los ojos. Por primera vez en días, el rugido cesó.