Un millonario deja vivir en su garaje a una familia sin techo. ¡Su corazón se hunde al día siguiente!

El garaje ya no era un símbolo de pérdida. En su lugar, representaba la resistencia y el poder de las segundas oportunidades. Peter se comprometió a seguir ayudando a los demás, pero con una nueva cautela moldeada por su experiencia. Por ahora, sin embargo, se permitió simplemente respirar.

Al cerrar la puerta de otro día, Peter sintió que el peso de las últimas semanas empezaba a desaparecer. No había garantías sobre el futuro, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió que había marcado la diferencia. Y eso, decidió, era suficiente.