Un millonario deja vivir en su garaje a una familia sin techo. ¡Su corazón se hunde al día siguiente!

Peter vaciló, su escepticismo se suavizó ligeramente al ver la cruda emoción en su rostro. Quería confiar en ella, pero la inquietud persistente lo mantenía cauteloso. «Podrías habérmelo dicho Natalie, te habría dado el coche»

«Hemos vivido el día a día durante tanto tiempo», continuó Natalie. «Actué por miedo. No creía que nadie fuera a ayudarnos de verdad» Su mirada se encontró con la de él, suplicando en silencio que la perdonara. Peter suspiró profundamente, sintiendo el peso de sus palabras. «Resolvamos esto juntos», dijo.