Un pescador creía haber encontrado una almeja enorme, pero palidece al mirar dentro

Se preguntaba si la cámara acorazada contenía riquezas, escándalos o ambas cosas. ¿Y por qué esconder la llave bajo el agua, disfrazada de almeja gigante? A menos que alguien quisiera que se perdiera para siempre o que la persona adecuada acabara encontrándola. Ahora Rowan estaba más seguro de que el descubrimiento no había sido accidental.

Decidido, Rowan decidió volver al almacén la noche siguiente, esta vez preparado, precavido y listo para quienquiera que pudiera estar vigilando. La verdad aguardaba en aquella sala revestida de acero, y él había dejado de huir de las sombras. Fuera lo que fuera lo que contenía la cámara acorazada, tenía que verlo con sus propios ojos.