Un león fugado paraliza la ciudad – Lo que ocurre al final deja a todos atónitos

Tom marcó otro punto en su mapa. El patrón confirmaba un camino inequívocamente hacia el zoo. «Está volviendo», susurró, con los dedos temblorosos. Pero los funcionarios municipales volvieron a descartarlo. «Es una ilusión», se burló el jefe. «Está merodeando en busca de presas» Tom contuvo su rabia, sabiendo que el hambre de Sahara no era de carne, sino de familia.

Después de pensarlo mucho, Tom decidió que la única forma de que funcionara sería atraer a Sáhara con el olor de Nyla. El gato que no caería en el cebo de la comida seguramente respondería a la atracción del lazo de sangre. El único gran obstáculo que quedaba era convencer a las autoridades y planear los detalles.