Un león fugado paraliza la ciudad – Lo que ocurre al final deja a todos atónitos

La ciudad no fue tan indulgente. Se difundió la noticia de «un intento de ataque en el patio trasero» La policía amplificó las advertencias, instando a la gente a que se mantuviera a sí misma y a sus mascotas dentro de casa. Los periodistas presentaron el Sáhara como una amenaza, un reloj en marcha. Sin embargo, los susurros de la tranquila historia de la Sra. Latham corrían por el barrio, contradiciendo la versión oficial. Sahara no mataba, sólo estaba de paso.

La desesperación endureció la postura de las autoridades. «En el próximo encuentro, dispararemos si es necesario», declaró el jefe. Las patrullas se duplicaron, los rifles preparados y cargados. El miedo se inclinaba hacia la violencia. Sin embargo, a Tom se le retorcían las tripas: cada decisión acercaba al Sáhara a un encuentro forzoso. Garabateó una palabra en sus mapas, rodeándola una y otra vez: Nyla.