Un agente puso una mano en el hombro de Tina, con evidente gratitud en su rostro. «La mayoría de la gente habría pasado de largo. Probablemente los has salvado a todos» Sus palabras la golpearon más fuerte de lo que esperaba, despertando su orgullo bajo el reflujo del miedo persistente.
Otro sacudió la cabeza con silencioso asombro. «He visto a perros callejeros guardar huesos, basura e incluso juguetes. ¿Pero esto? Un perro protegiendo a gatitos recién nacidos como si fueran suyos… eso es raro. Es algo que no se olvida» Su voz transmitía respeto e incredulidad.