Paul ya se había dado cuenta de que algo iba muy mal cuando aún estaba a gran distancia del león, pero ahora que estaba cerca no podía negar la gravedad del asunto. Inmediatamente llamó a un veterinario y experto en leones, porque no había manera de que pudiera manejar esto por su cuenta.
Lo único que podía hacer era rezar para que el veterinario llegara a tiempo..