Un fotógrafo de bodas capta la imagen perfecta y descubre algo que lo cambia todo.

La boda perfecta de una pareja da un giro inesperado – ¡Mira la foto que está rompiendo Internet!

‘Click.’ 

El obturador de la cámara se disparó, congelando lo que parecía un momento perfecto en el tiempo. Pero en el fondo, Oliver sintió un escalofrío que no podía quitarse de encima. «Algo va mal», pensó, mirando la pequeña pantalla de la cámara.

Sus ojos se abrieron de par en par. Le invadió una oleada de temor que le hizo temblar los dedos. «¿Pero qué…?», murmuró en voz baja. ¿Estaba cansado de un largo día? ¿O estaba mirando algo que podría poner patas arriba ese día tan especial? Acercó el zoom a una parte concreta de la fotografía, pero seguía sin poder descifrarla por completo;

Como fotógrafo de bodas, la tarea de Oliver era ayudar a convertir la boda en el mejor día de la vida de los novios. ¿Cómo podía ser él la causa de que se convirtiera en el peor día de sus vidas? Sin embargo, lo que vio era demasiado grande para ignorarlo, tenía que hablar.

Sólo unas horas antes, la principal preocupación de Oliver había sido la posibilidad de llegar tarde a su actuación. En el gran esquema de las cosas, había parecido tan crucial -navegar a través del tráfico, cumplir con las expectativas del cliente. Pero ahora, mirando hacia atrás, esas preocupaciones le parecían pequeñas y tontas, casi irrisorias. Deseaba poder volver a la sencillez de aquella época, cuando sus mayores temores eran los atascos y hacer felices a sus clientes, y no la imagen confusa que ahora veía en su cámara.

Oliver era un fotógrafo experimentado, un hombre cuyo objetivo lo había captado todo, desde novias ruborizadas hasta puestas de sol en la montaña. Su cámara era como una extensión de sí mismo, capturando la belleza que veía en el mundo. Pero hoy parecía haber captado algo totalmente distinto, algo impactante.

Aquella mañana, Oliver se despertó entusiasmado. Le encantaba fotografiar bodas, y ésta se celebraba en un lugar de ensueño, como de cuento de hadas. La pareja le había llamado en el último momento porque su fotógrafo original se había puesto enfermo. Estaban en apuros y Oliver estaba encantado de intervenir.

Normalmente, Oliver exploraba el lugar de la boda con días de antelación para encontrar los mejores lugares para hacer fotos y prepararlo todo. Pero esta vez era diferente. Al ser de última hora, no pudo hacer los preparativos habituales. Así que se prometió a sí mismo que llegaría unas horas antes para compensar. Sin embargo, la vida tenía otros planes para él…