Una serpiente era la compañera ideal para su modesto hogar, ya que requería un cuidado mínimo y no ladraba incesantemente como el pequeño perro de su vecino. Además, no había causado ningún disturbio hasta el momento. Reggie nunca había hecho ningún intento de lastimarla a ella ni a ninguno de los invitados que vinieron a visitarla. Ojalá sus vecinos parasen en sus incesantes e injustificadas advertencias.
Cassandra siempre había alojado a su pitón en un vivero equipado con una lámpara de calor, siguiendo la práctica estándar para las mascotas reptilianas. Sin embargo, cuando comenzó a sentirse cada vez más sola, decidió profundizar su vínculo y llevar su relación al siguiente nivel. Ella realmente creía que podían fortalecer su vínculo. Al observar la conexión aparentemente débil de su vecina con su perro, que se quedaba afuera para dormir todas las noches, a Cassandra se le ocurrió una idea.