Con sólo 6.000 kilómetros en el cuentakilómetros, la parte delantera del e-Niro aún parecía casi nueva, pero su destino estaba sellado: se quedaría en el desguace para servir de fuente de piezas de repuesto.
Donde antes los desguazadores se ocupaban principalmente de motores, sistemas de escape y cajas de cambios, ahora también se enfrentan a baterías de alto voltaje, software y módulos electrónicos. El incidente del Kia incendiado demuestra lo mucho que ha cambiado el sector, y que los coches eléctricos a veces pueden resultar sorprendentemente resistentes, incluso después de un incendio.