Lo que suele ser rutina en un desguace resultó muy diferente esta vez. Cuando un Kia e-Niro quemado llegó al desguace español MotoCoche, los técnicos se toparon con algo que nadie esperaba.
La aparición de coches eléctricos en los desguaces se ha convertido en algo cotidiano. Teslas, BYD y MG llegan cada vez con más frecuencia a los desguaces, algunos tras colisiones y otros simplemente al final de su vida útil. Pero cuando un Kia e-Niro calcinado entró en MotoCoche, un desguace español situado junto a la A-92G, la rutina se convirtió rápidamente en intriga. Algo en este vehículo calcinado no encajaba, y lo que el equipo descubrió a continuación resultó inolvidable.
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