Un cachorro se cuela en el recinto de los osos polares: ¡lo que ven los cuidadores del zoo es asombroso!

El director del zoo hizo una llamada audaz: no intervenir todavía. Desalojaron la zona y pusieron a personal veterinario a vigilar el recinto las 24 horas del día. Lo que documentaron en las horas siguientes fue poco menos que un milagro.


Aurora y el cachorro eran inseparables. Ella lo mantenía caliente, le daba codazos juguetones con la nariz y lo protegía del viento. El cachorro, a su vez, se acurrucaba en su profundo pelaje y parecía perfectamente satisfecho en las garras del mayor depredador terrestre del planeta.


La historia se hizo rápidamente viral. Los medios de comunicación de todo el mundo compartieron fotos del insólito dúo. Pero el público no conocía la desgarradora razón de este vínculo hasta que un cuidador del zoo explicó la reciente pérdida de Aurora.