Ocurre todos los días en Japón, pero sería impensable en cualquier otro luga

Clubes de alterne
En los distritos nocturnos japoneses como Kabukicho prosperan los clubes de alterne. Los clientes pagan por beber y charlar con un personal atractivo cuyo trabajo consiste en hacer que se sientan vistos, escuchados y admirados.

Para quienes lo ven desde fuera, puede parecer una cita o una manipulación. Pero se trata de una transacción claramente definida: compañía a cambio de una cuota, sin motivos ocultos.

Estos clubes satisfacen necesidades emocionales en un entorno controlado. Para muchos, se trata de conversación y validación en un mundo impersonal y acelerado, no de romance o contacto físico.