Un hombre hereda un garaje en ruinas y en su interior encuentra tres iconos legendarios que no se han tocado en 30 años

No eran hallazgos normales de granero. Dos Ferrari 308 GTB y un DeLorean DMC-12 se agolpaban en el oscuro y desordenado garaje, una alineación que parecía sacada directamente de la fantasía de un coleccionista. La escena parecía congelada en el tiempo, como si alguien hubiera pulsado el botón de pausa en 1990 y se hubiera marchado.

Pero como ocurre con muchos hallazgos de granero, este descubrimiento conllevaba una historia desgarradora. Los coches pertenecían a un entusiasta devoto cuya vida cambió radicalmente tras sufrir un grave accidente de moto que le dejó parcialmente paralizado. A pesar de sus heridas, se negó a abandonar su pasión. Aprendió minuciosamente a conducir las pesadas cajas de cambios manuales utilizando sólo su mano izquierda, y su sueño se mantuvo vivo gracias a su determinación. A medida que su salud empeoraba, los coches se volvieron imposibles de manejar. Nunca tuvo fuerzas para venderlos, aferrándose a la esperanza de volver a sentarse al volante algún día. Tras su muerte, la familia decidió que por fin había llegado el momento de abrir el garaje.