Por desgracia para él, la policía local le estaba esperando. Y la policía francesa no es conocida por su sentido del humor cuando se trata de exceso de velocidad extremo, especialmente en condiciones meteorológicas peligrosas. Su castigo fue inmediato y severo. Le retiraron el carné de conducir en el acto. Pero lo realmente doloroso vino después: su Audi fue incautado y cargado en una grúa con destino al depósito de vehículos incautados.
El conductor tendría que continuar su viaje en taxi, tren o a pie. Pronto comparecerá ante el tribunal. Dada la velocidad extrema y las condiciones peligrosas, la multa será casi con toda seguridad astronómica, y las posibilidades de que vuelva a ver su coche pronto son escasas en el mejor de los casos.