Distraída por las bromas de Liam con su padre sobre las cartas, Clara firmó donde su hermana le indicaba. Sus padres recordaban su propia boda, su madre se reía de las flores marchitas, y todo parecía seguro, ordinario. Stephanie volvió a meter los papeles en la carpeta con una sonrisa de satisfacción. «Ya me lo agradecerás»
Los días previos a la boda transcurrieron como un torbellino. Se enviaron las invitaciones, se ultimaron los menús y se redactaron los votos. Stephanie avanzaba a buen ritmo, tachando sus interminables listas, mientras Clara flotaba en la expectación.