Un sacerdote pide a la novia que se aparte mientras el novio se declara a su hermana: su reacción sorprende a todos

Se aferraron la una a la otra en el umbral, como si aferrarse fuera la única forma de sobrevivir. Antes de que pudieran entrar, unos faros recorrieron el camino de entrada. Se oyó un portazo y luego otro. Clara se puso rígida, preparándose, pero cuando sus padres aparecieron en la puerta, un nuevo dolor le recorrió el pecho.

«Cariño», dijo su madre en voz baja, apresurándose a subir por el camino. Su padre la siguió, con el rostro pálido y desencajado. Clara sacudió la cabeza, sintiendo que la vergüenza la inundaba. «No podía quedarme. Tenía que irme» Su padre le puso una mano en el hombro, firme y cálida. «Nosotros también», admitió. «Nos fuimos poco después que tú. No podíamos soportar ver lo que estaba pasando allí. No estaba bien»