Al reflexionar sobre su viaje, Tina supo que había tomado la decisión correcta al seguir a la manada de lobos hacia lo desconocido. Los lobos la habían llevado a un lugar de felicidad inesperada, un mundo donde el amor y la gratitud fluían libremente de sus nuevos amigos peludos. Y al mirarlos a los ojos, supo que no sólo había encontrado compañía, sino una conexión profunda que duraría toda la vida.
La valiente decisión de Tina de seguir a los lobos convirtió el miedo en un descubrimiento reconfortante. Mostró cómo la bondad puede conectar mundos diferentes, creando un vínculo entre humanos y animales tan inesperado como profundamente conmovedor.