Una chica de 18 años saluda a la policía todos los días – El día que no lo hace su instinto le dice que revise su casa

Sebastian sabía que no podía quedarse de brazos cruzados y esperar a que terminara su suspensión. Se había equivocado -oficialmente-, pero el misterio de la chica no se le iba de la cabeza. Necesitaba respuestas, aunque tuviera que encontrarlas por su cuenta.

Decidido, Sebastian organizó una vigilancia. No podía confiar en la fuerza, pero sí en sus instintos. Aparcó discretamente cerca de la casa y vigiló de cerca al hombre, con la esperanza de encontrar algo, cualquier cosa, que explicara la desaparición de la chica.