El todoterreno se acercó rápidamente, desviándose hacia su carril, con las luces parpadeando en breves ráfagas. Avanzó a toda velocidad y frenó de repente, obligándole a frenar. Sus neumáticos chirriaron contra la calzada mojada. El camión se estremeció.
Otro grupo de luces se unió desde el lateral. Esta vez era una camioneta. Le rodeaban, el todoterreno delante y el camión detrás. La lluvia lo convirtió todo en un borrón de luces traseras rojas y pánico reflejado. El pulso le retumbaba, pero su determinación se endurecía.