Un camión pierde su carga en la autopista y el conductor se da cuenta..

Recordó la forma en que Álvarez sonrió al entregarle las llaves. Estaba tenso y distraído. En retrospectiva, su sonrisa apestaba a culpabilidad más que a amabilidad. El recuerdo se le retorció en las entrañas. «Lo sabías, cabrón», murmuró Dan, agarrando el volante con más fuerza. «Sabías lo que había ahí y me tendiste una trampa»

Tenía un sentido enfermizo, perfecto. Álvarez filtra la ruta, saca tajada y deja que el conductor cargue con la culpa. Un cargamento robado, un conductor convenientemente tonto, y un caso cerrado. Para cuando la policía lo rastreara, él y Dan estarían muy lejos o peor.