Este hombre estaba harto de que los turistas maleducados invadieran su propiedad, así que decidió ser creativo

Robert volvió a entrar, se arremangó y abrió la escotilla del sistema de bombeo. Cogió un par de guantes, un tubo de sifón y un viejo colador que había usado para pescar restos del estanque. No era la guerra. Era agricultura. Una agricultura inteligente, agria y memorable.

Robert trabajó durante toda la tarde, deteniéndose sólo cuando la luz se desvanecía lo suficiente como para no poder ver con claridad los accesorios. Primero probó el caudal con agua corriente, asegurándose de que las válvulas se abrieran, las boquillas se activaran con el movimiento y la presión no rompiera ninguna de las tuberías más viejas. Todo seguía funcionando. Luego vino la mezcla.