Para animarle, abandona su mesa y se acerca al chico. Le habla y le tranquiliza. Come el resto de la comida acompañada. Mientras tanto, vigila y mantiene a raya a los matones. ¡Qué dulce es esta mujer! El empleado vengativo le da un Whopper intacto.
Afortunadamente, hubo más gente que se atrevió a decir algo al respecto.