En los días siguientes, Michael se sumió en la rutina doméstica. Hizo la compra, arregló una bisagra que chirriaba y ayudó a Emily con los deberes. Por un momento, sintió que volvía la normalidad. Pero entonces vio en el armario tres entradas para una obra de teatro.
Cuando preguntó por ellas, Sarah se rió ligeramente. «Oh, Emily y yo vimos la adaptación de Peppa Pig con mi amiga Anna» Su explicación era fácil, plausible. Michael asintió, dejándolo pasar. Sin embargo, más tarde, algo en la forma en que lo había explicado le pareció mal. Sin embargo, parecía algo sin importancia.