Un soldado vuelve a casa después de 2 años – Se pone pálido cuando su hija le dice: «Mamá tiene un secreto…»

Sus días se convirtieron en relojes inquietos. Permanecía junto a las ventanas, escudriñando la calle en busca de extraños. A veces atisbaba una figura -espalda ancha, paso renqueante- que desaparecía por las esquinas. Cada atisbo alimentaba su tormento, un rival fantasma que le acechaba más allá de su alcance.

Emily, cada vez más retraída, susurró: «Dijo que pronto lo explicaría todo» Michael la abrazó, luchando contra la rabia y la pena que bullían en su interior. Su hija hablaba de aquel hombre como si fuera de la familia, mientras que para él era un fantasma sin nombre que le destrozaba la vida.