Un hombre encuentra una «serpiente» en su retrete – Cuando el experto la ve, susurra: «Eso no es una serpiente…»

Cuando Reggie apretó con fuerza el maniquí, el inconfundible sonido del plástico al romperse resonó en la habitación. Cassandra ahogó un grito y se le llenaron los ojos de lágrimas. Sabía que no podía seguir negándolo. Reggie, su querida pitón, había estado preparándose para consumirla todo el tiempo.

Cassandra sabía que tenía que tomar una decisión difícil. Quería mucho a Reggie, pero su propia seguridad era lo primero. Con el corazón encogido, se puso en contacto con el centro de rescate de animales exóticos y les pidió que le buscaran un nuevo hogar apropiado.