Aparece un enorme socavón en el terreno de una familia. Lo que la policía encuentra en el fondo deja a todos helados

La policía le aseguró que el fugitivo no podía haber ido muy lejos. Una cacería humana se extendió por los bosques, los reflectores barrían los campos. Antes de marcharse, el oficial jefe puso una tarjeta en la mano de Daniel. «Cierra las puertas. Mantenga a su familia unida. Si ocurre algo, llame a este número. Volveré por la mañana»

Aquella noche, Daniel juntó los colchones en el dormitorio. Claire arropó a los niños, susurrando promesas de seguridad. Daniel se sentó en el sillón junto a la puerta, con el teléfono en la mano, escuchando cada crujido de la vieja casa. El sueño llegaba en fragmentos inquietos, interrumpidos por el peso de su miedo.