Aparece un enorme socavón en el terreno de una familia. Lo que la policía encuentra en el fondo deja a todos helados

La policía escoltó al prisionero esposado hasta un coche patrulla, con las cámaras parpadeando a cada paso. «¿Forma parte de un plan de fuga?», gritó un periodista. «¿Cuántos más hay?», insistió otro. Los agentes les ignoraron, pero sus mandíbulas apretadas y sus movimientos bruscos hablaban más alto que cualquier declaración oficial.

Daniel trató de pasar entre la multitud, pero los micrófonos le empujaban como lanzas. «Señor, ¿qué siente al saber que unos presos estaban excavando bajo su casa?» No contestó. No podía. Cada pregunta no hacía más que apretarle el nudo del pecho. No era una historia, era un marido, un padre.