Los agentes intercambiaron miradas sombrías. Uno murmuró: «Directo a la penitenciaría» A Daniel se le cayó el estómago. El socavón no había desvelado la historia, sino una fuga activa, excavada bajo su propio patio.
Cuando sacaron al preso a la superficie, los medios de comunicación ya se habían congregado. Las cámaras se encendieron cuando Daniel apareció detrás de los agentes, parpadeando bajo los focos. Los periodistas se quedaron boquiabiertos cuando vieron al hombre esposado, con el mono manchado de suciedad, prueba de la historia que nadie esperaba.