Evan captó su expresión: la mandíbula tensa, los ojos desorbitados y los músculos en tensión, como si esperara que algo terrible ocurriera a continuación. ¿Estaba Lena implicada en algún delito? ¿Era una fugitiva? ¿Se escondía de la ley por alguna razón? Pero Lena parecía demasiado amable para un mundo así. Se dio cuenta de lo poco que conocía a la gente con la que se encontraba a diario.
Cuando Margot le tendió la mano para consolarla, Lena se calmó con visible esfuerzo. «Sólo me da miedo la cámara», dijo sonriendo ligeramente, aunque no miró a Evan a los ojos. Él no se lo creyó. Le temblaban las manos y no dejaba de mirar las ventanas del café, escudriñando la calle como si esperara un fantasma.