Una tímida camarera saludó a la madre sorda de un multimillonario: su lenguaje de signos dejó atónitos a todos

Evan estuvo de acuerdo, aunque la curiosidad tiraba más que la obligación. Los negocios que tenía entre manos podían esperar. Algo en las señas instintivas de Lena le inquietaba. Era como si hubiera cogido el cabo suelto de un hilo tejido en la vida de otra persona, y estaba intrigado.

A la mañana siguiente, Lena pareció sorprenderse al verlas. Margot la saludó cordialmente, haciendo señas con el particular ritmo que sólo utilizaba con la gente de confianza. Lena respondió en perfecta sincronía, con un sutil afecto deslizándose entre sus manos. Evan se dio cuenta. También notó que Lena se ponía rígida en cuanto él intentaba acompañarla.