Los días que ella se quedaba fuera más tiempo (recados, una copa con Maya), él inclinaba la mejilla en lugar de la boca. «Has estado fuera mucho tiempo», murmuraba, con un rastro de disculpa o irritación, que ella no podía distinguir. Saboreó la ausencia como si fuera metal, y luego se rió, porque una negativa suave sigue contando como suave. ¿Verdad?
Los botes, frascos y tubos sin perfume llegaban en pensadas suscripciones: jabón, loción, detergente estampados sin fragancia. Su perfume de jazmín se trasladó a un estante alto «para ocasiones especiales» Nunca encajaba del todo en la agenda. «El olor es memoria», decía. «Mantengamos limpio el nuestro» Ella asintió, lamentando en secreto la pequeña nube de olor que solía seguirla.