Una mano se posó suavemente en su espalda: era el dueño del refugio. «Lo trajiste de vuelta», dijo suavemente, con los ojos húmedos. «No te rendiste con ellos» La noticia de la detención de Josh se había extendido rápidamente: múltiples cargos por suplantación de identidad, crueldad animal y tráfico ilegal de perros. Mientras tanto, la valentía de Gabby le valió el título de Empleada del Año. Pero los títulos no significaban nada en aquel momento.
Más tarde, cuando el cielo se tiñó de violeta, Gabby se sentó descalza en la hierba, con las rodillas pegadas al pecho, observando a sus hijos. Juno perseguía a Juniper en amplios círculos, ladrando con alegría incontenida. Juniper llevaba torpemente un juguete chirriante que le doblaba en tamaño. Gabby los miró con cariño y sonrió: su mundo volvía a estar completo.