Llamó al 911, con la voz entrecortada por la urgencia. «Hay una casa en Brookfield: decenas de perros en apuros y en condiciones terribles. Deberían comprobar si hay maltrato animal» Les dio la dirección y todos los detalles que había memorizado. El operador prometió que la ayuda estaba en camino, pero Gabby no confiaba en las promesas.
La policía no se había preocupado antes. ¿Y si no les importaba ahora? ¿Y si Josh había vendido a Juniper antes de que llegaran? Sus pensamientos se agitaron. El pulso le latía con fuerza. Permaneció inmóvil en su asiento unos minutos más y luego tomó una decisión. Iba a sacar a Juniper ella misma. Pasara lo que pasara.