En 1997 tuvo septillizos, luego su marido la abandonó, vea cómo lucen 26 años después

La falta de una figura paterna había sido su herida, pero se convirtió en su forja. Cada uno de ellos había aprendido a luchar más, a llegar más alto, a preocuparse más. Donde Vincent se había derrumbado, ellos se habían levantado. No a pesar de su ausencia, sino gracias a ella. Eran fuertes porque tenían que serlo.

Y Vincent, una vez el centro de su propio mundo, ahora no era más que una sombra en su borde. El hombre que se fue. El hombre que regresó demasiado tarde. Y mientras el mundo giraba hacia delante, él se quedaba quieto, rezagado, con la única compañía de su pesar.