En 1997 tuvo septillizos, luego su marido la abandonó, vea cómo lucen 26 años después

Un hijo era un contratista, de pie con orgullo delante de un sitio con «McIntyre Builders» en el tablero. Otro, ingeniero, publicaba planos y códigos. Una hija dirigía su propio spa de estética. Las otras eran una enfermera, una consultora y una empresaria. Siete vidas llenas y brillantes. Siete vidas que él nunca había tocado.

Vincent sintió asombro y vergüenza. ¿Cómo lo había hecho? ¿Cómo había tomado los restos que él dejó atrás y los había convertido en algo tan… hermoso? Se frotó la cara, con el corazón acelerado. No eran extraños. Eran sus hijos. De carne y hueso. Y ni siquiera sabía sus nombres.