Linda era magnética, desordenada e impulsiva, divertida e intensa. Podía convertir una bolsa de la compra en un ramo de flores y hacer que su estudio pareciera la escena de una película. Vincent nunca había sido ambicioso, pero de repente, ser suyo le parecía suficiente. Ella le llenaba la vida. Y él lo confundió con la eternidad.
Pero el para siempre comenzó a deshacerse rápidamente. Linda quedó embarazada. Vincent tenía sólo 23 años, todavía contaba monedas para el alquiler, todavía aterrorizado de hacer algo permanente. Un bebé le parecía enorme, como un peso que no estaba hecho para soportar. Pero Linda tenía fe: fe en ellos, en sí misma, en una familia a la que aún no habían puesto nombre.