Un jubilado estaba harto de que los ciclistas atravesaran su jardín, así que diseñó la trampa perfecta

Taffy se paseó junto a la puerta y finalmente se tumbó a su lado, con la nariz sobre las patas. Clarence se levantó, entró en el garaje y encendió la luz. Debajo de una pila de cajas había un contenedor con la etiqueta «RIEGO – PATIO TRASERO»

La sacó. Dentro había viejos aspersores, tubos, sensores de movimiento, bridas y un temporizador resistente a la intemperie. Habían pasado años, pero el sistema aún le resultaba familiar: sabía exactamente lo que necesitaba.