Un cachorro bloquea el ferrocarril, pero la verdadera razón por la que no puede moverse rompe el corazón de todos

El cachorro había llegado al mismo punto que antes, pero esta vez no corría ni ladraba. Se tumbó en las vías, apretándose contra algo pequeño y negro que había debajo. Ethan bajó de un salto del andén, con el corazón martilleándole en el pecho.

Podía sentir el calor de los raíles a través de sus zapatos, podía oler el acre aroma del polvo de los frenos en el aire. A medida que se acercaba, la escena se hizo más nítida: el cachorro no estaba allí tumbado. Estaba protegiéndose de algo.