El cachorro agitó las orejas y, por un momento, Ethan pensó que se quedaría quieto, demasiado débil para resistirse. Pero en cuanto se acercaron lo suficiente para que sus sombras cayeran sobre él, todo cambió.
La pequeña criatura se levantó de golpe con un repentino estallido de energía, y un ladrido agudo rasgó el aire quieto. Se tambaleó una vez y empezó a gruñir. Un sonido sorprendentemente feroz para algo tan pequeño.