Se contrató a un equipo independiente de expertos en bienestar animal para realizar una auditoría exhaustiva de las operaciones del zoo. Examinaron desde los planes dietéticos y el diseño de los hábitats hasta las rutinas de atención veterinaria y las actividades de enriquecimiento. La auditoría reveló varias áreas que necesitaban mejoras, y los expertos ofrecieron recomendaciones detalladas para subsanar estas deficiencias.
Una de las principales áreas de interés fue la mejora de la atención veterinaria. El zoo invirtió en equipos médicos de última generación y amplió su plantilla de veterinarios, contratando a especialistas en diversos campos de la salud animal.