En silencio, salió por la puerta, con el corazón latiéndole con urgencia. Tenía que actuar con rapidez, antes de que Susan se diera cuenta de su presencia. Buscando a tientas su teléfono, marcó el 911 con manos temblorosas, rezando por una respuesta rápida que pusiera fin a esta angustiosa experiencia.
Su voz apenas era un susurro cuando transmitió la situación al operador. «Por favor, venga rápido. Susan está en la casa. Está buscando algo… No sé qué, pero no me encuentra aquí. Rápido.»