Pensaba que estaba solo en el hielo hasta que apareció un oso polar gigante

Una vez cumplidas las formalidades, los agentes escoltaron a Nolan hasta su camarote. El calor familiar de su estufa le reconfortó de una forma que nunca antes había apreciado. Esa noche, con el cansancio pesándole en los párpados, se quedó dormido, agradecido por haber ayudado a preservar un frágil trozo de este mundo helado.